domingo, 22 de noviembre de 2009

Bibliografía anotada 10. Sally Wyatt. Vinieron, surfearon y regresaron a la playa: por qué algunas personas dejan de usar internet

El artículo de Sally Wyatt es un trabajo de una académica de la Universidad de Ámsterdam, presentado en 1999 en San Diego (U.S.A.) en el congreso de la Society for Social Studies of Science. Constituye una presentación preliminar de una investigación mayor que forma parte del Virtual Society? Project, realizada conjuntamente con Tiziana Terranova and Graham Thomas de la Universidad de East London, como parte de una investigación titulada From the net to the web and beyond: actors and interests in the construction of the internet.
La autora realiza un interesante planteamiento: el no acceder a Internet puede ser una decisión conciente, una elección informada y no (como habitualmente se piensa) producto de la falta de acceso. Es entonces planteado como una forma de exclusión social, y pocas veces se tiene en cuenta la decisión voluntaria de no acceder a Internet. Se parte de asumir que el acceso a las nuevas tecnologías es necesariamente deseable, y se pasa de una vez a considerar los mecanismos para incrementar su acceso. Se revisan tres aspectos: datos disponibles sobre las personas que rechazan acceder a Internet, implicaciones políticas del rechazo y negativa al uso de Internet y las implicaciones para los estudios de tecnologías de información y comunicación de ignorar a los que rechazan acceder a Internet. Cita una encuesta que reporta en 1995 donde evidenciaban 8% de usuarios y 8% de ex usuarios y en 1996 19% y 11% respectivamente. Los adolescentes abandonan más frecuentemente que los mayores de 20 años el uso de Internet, y las razones son falta de interés en los más jóvenes, y dificultades en el uso de la tecnología o costos en los mayores. Algunos no usan Internet porque tienen fuentes alternativas de información y formas de comunicación más apropiadas a sus necesidades, o porque lo consideran costoso.
Resalta algunos aspectos como: el tema de la tecnología como símbolo cultural y de estatus, la tecnología como herramienta de control, vigilancia e intromisión en la vida privada de las personas, la tecnología y su extensión a otros ámbitos del mercado y como un aspecto específico para la investigación en ciencias sociales (incluyendo preguntas como las relacionadas con su impacto en la organización, e interacción entre las personas como resultado de las nuevas tecnologías, así como su efecto en las comunicaciones, cohesión social, inclusión y exclusión, entre otros).
Resulta muy interesante el punto de vista de la autora, que nos hace detenernos a considerar acceder a internet puede ser una decisión consciente, no tiene necesariamente que ser un fin deseable.

Bibliografía
Wyatt, Sally: They came, they surfed, they went back to the beach: why some people stop using the internet. Consultado en red el 21-11-09 a las 12h en http://virtualsociety.sbs.ox.ac.uk/text/reports/surf.htm; University of Ámsterdam. Wyatt@swi.psy.uva.nl

sábado, 14 de noviembre de 2009

Bibliografía anotada 9. Edwin Lau: Gobierno Electrónico y el Impulso para el Crecimiento y Equidad

El artículo Gobierno Electrónico y el Impulso para el Crecimiento y Equidad escrito por Edwin Lau, forma parte de un libro publicado en 2006 por MIT Press titulado From Electronic Government to Information Government.
Se trata de un capítulo de un libro que compila escritos académicos de diversos autores sobre gobierno electrónico. El autor plantea un esquema que trata de resumir cuáles son los costos, beneficios y beneficiarios, en términos de impacto del desarrollo del gobierno electrónico. Los tres tipos de beneficios nos son excluyentes entre sí, por el contrario son complementarios, y uno de ellos puede a su vez incrementar al otro.
El beneficio financiero directo para el gobierno implica en una primera fase un probable incremento de costos, generado por la coexistencia de los mecanismos tradicionales presenciales de interacción con el gobierno y los costos iniciales (inversión inicial mayor en diseño e implantación de software); pero posteriormente se genera una reducción de costos, tanto en las oficinas de atención al público como en el posterior procesamiento de la información, que es cargada directamente por el usuario en el sistema. El beneficio financiero directo para el ciudadano surge de la simplificación o eliminación de la carga administrativa, traslados a oficinas, y simplificación de trámites, así como facilidad para encontrar información sobre regulaciones, su aplicación y cómo cumplir con ellas, incluyendo la posibilidad de efectuar los pagos por vía electrónica.
Los beneficios y costos directos no financieros para los ciudadanos se traducen en calidad del servicio, acceso a la información y confianza, con el potencial de incrementar la satisfacción de los usuarios. Para el gobierno, la posibilidad de crear bases de datos compartidas permite la sinergia y reutilización de los datos.
Los costos y beneficios indirectos para el gobierno y los ciudadanos incluyen las posibilidades de estímulo a la confianza y seguridad, equidad, responsabilidad y participación, así como la posibilidad de aumentar la transparencia y de reducir la corrupción, suministrando además la infraestructura para transacciones seguras, que permitan potenciar el crecimiento. El siguiente cuadro resume los aspectos antes descritos:

Costos y Beneficios

Gobierno

Ciudadanos

Directo

financiero

Reducción de costos: front-office y back-office

Simplificación, celeridad, ahorro y equidad

Directo no

financiero

Sinergia y reutilización de datos

Satisfacción de usuarios: 365 días al año, accesibilidad, transparencia, calidad

Indirecto

-Confianza y seguridad, equidad, responsabilidad, participación

-Crecimiento: reducción de corrupción, infraestructura para transacciones seguras


Por otra parte, el gobierno electrónico y el acceso a los servicios electrónicos requieren la adquisición por parte del usuario de experiencia en el uso de las herramientas electrónicas, lo cual implica un cierto esfuerzo para asegurar la accesibilidad a servicios y transacciones seguros.
En conclusión, el capítulo examina tres tipos de beneficios y costos para el gobierno y para los ciudadanos del gobierno electrónico: directos financieros, directos no financieros e indirectos. La mayoría de los datos disponibles en la actualidad sobre el impacto del gobierno electrónico se limitan, en su mayoría, a los costos y beneficios financieros directos para el gobierno, lo cual es insuficiente para la toma de decisiones en muchas oportunidades, al excluir otro tipo de costos y de beneficios.

Bibliografía
Lau, Edwin: Electronic Government and the Drive for growth and Equity en: Mayer-Schönberg y Lazer (eds.) From Electronic Government to Information Government, pp.39-58. Cambridge, Massachussets. MIT Press.

Bibliografía anotada 8. Andrei Ilya Levin: Virtualización y Tecnología Educativa en la Sociedad Post-industrial

Se trata de un artículo de Andrei Ilya Levin, de la Universidad de Tel Aviv, quien es un escritor con múltiples publicaciones en ruso y en inglés sobre el tema (en Rusia, Estados Unidos, Suecia, Alemania y otros países), del mundo académico, y quien considera que existen tres períodos en la sociedad: preindustrial, industrial y postindustrial, que a su vez se corresponden con tres tipos de tecnología y de educación, prevaleciendo la tendencia al dominio de la educación no formal en la sociedad postindustrial.
La disponibilidad de computadoras y el fenómeno asociado del consumo extensivo de información, que ha llevado de la sociedad industrial a la sociedad de la información, caracterizada por: transición de la sociedad centrada en el capita a la sociedad centrada en la información, transición de los conflictos sociales de la esfera económica a la esfera cultural, sustitución del antagonismo ricos-pobres por el informados vs. no-informados y el dominio de la infraestructura informativa sobre la infraestructura económica. Sin embargo algunos autores citados (como Ivanov) rechazan el concepto de sociedad de la información como sociedad postindustrial y proponen alternativamente el concepto de sociedad virtual, siendo la computarización (fenómeno tecnológico) secundaria a la virtualización (fenómeno social), en la que se trabaja no con las cosas en sí sino con sus imágenes (a la vez que se pasa de una sociedad centrada en la manufactura a una centrada en los servicios).
La tecnología educativa en la sociedad preindustrial se basa en la experiencia, sin un currículo formal y con la creatividad jugando un papel central. En la sociedad industrial (moderna) la tecnología es ciencia aplicada, formalización del conocimiento científico, y la mayoría de los problemas se resuelven con modelos matemáticos. En la sociedad postindustrial la educación se hace más informal, más creativa y se sumerge en la realidad virtual, con estrategia innovadoras de enseñanza, aprendizaje y desarrollo de curriculas.
El artículo termina con algunas referencias a clásicos como Drucker, Toffler y otros.

Bibliografía:

-Ilya Levin, Andrei: Virtualization and Educational Technology in Post-industrial Society. Consultado en red el 25-10-09 a las 11h en: www.tau.ac.il/~ilia1/MY.../Virtualization%20-%20final.pdf

jueves, 5 de noviembre de 2009

Bibliografía anotada 7: La Cibermovilización como Estrategia de Resistencia: El Caso de los Pueblos Originarios.

El artículo de Fernando Camacho Padilla forma parte de un trabajo mayor para la especialización en Cultura, Sociedad y Desarrollo en América Latina en la Universidad Autónoma de Madrid. Camacho Padilla es licenciado en Historia de América por la Universidad de Sevilla y estudiante de Doctorado en Historia de América de la Universidad de Madrid y la Universidad Católica de Chile.
Para el autor, el ciberespacio es el medio de comunicación más utilizado de todos los tiempos, pero también es el mayor espacio para el comercio mundial, donde es posible comprar y vender todo. El fin del siglo XX estuvo marcado por el fenómeno de la globalización, el aumento de las libertades individuales y las telecomunicaciones e informática. Pese a la expansión del uso de Internet, su extensión es mucho mayor en estados Unidos y Europa que en Africa, por ejemplo, y en las grandes ciudades más que en las pequeñas poblaciones y el medio rural. Pero con el ciberespacio ha surgido también el Ciberterrrorismo y el Cibercrimen, amparados en el anonimato y la ubicuidad de los usuarios de Internet.
Pero por otra parte, los movimientos políticos y sociales antiglobalización y otros movimientos que denuncian las injusticias sociales derivadas del neoliberalismo han encontrado también espacios de difusión en la red y comunidades virtuales de discusión. De esta manera se logra virtual el Pensamiento Único que tratan de imponer los dueños de los medios de comunicación, dueños también de los grandes mercados transnacionales.
Los grupos indígenas también han entrado e la red. En 1994 se alzaba en México (Chapas) el Ejército Zapatista de Liberación Nacional, contra el tratado de libre comercio que acababa de firmar México con Estado Unidos; el sub comandante Marcos, líder del movimiento, convirtió a Internet en su arma de divulgación más poderosa, y a partir de allí muchos de los pueblos originarios latinoamericanos empezaron a intercambiar experiencias y denuncias en la red. Pese a las barreras de accesibilidad a las computadoras e incluso a la electricidad, las limitaciones idiomáticas, el predominio de población rural con baja penetración de Internet, las páginas web indígenas han ido creciendo (Aymara, Quechua, Mapuche), y cuentan entre sus visitantes predominantemente a población no indígena.
Si bien se trata de un artículo del contexto académico universitario del autor, es un artículo divulgativo dirigido al público general. En la bibliografía se incluye una lista de direcciones de páginas web de grupos indígenas.

Bibliografía
Camacho Padilla, Fernando: La Cibermovilización como Estrategia de Resistencia: El Caso de los Pueblos Originarios. Disponible en red en http://www.archivochile.com/Ideas_Autores/camachopf/camachopf0007.pdf, consultado el 24-10-09 a las 21 h.

domingo, 25 de octubre de 2009

Bibliografía anotada 6: Lengua, Cultura y Escritura en la Sociedad Virtual:

El artículo publicado por Jaime Olmedo Ramos, quien es académico del Instituto Cervantes está dirigido a estudiantes y académicos del área, especialmente del mundo de la lingüística. Parte del artículo fue presentado con anterioridad como conferencias por el autor en un curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid titulado "La era del 'e'. Luces y sombras en la Red” y en el II Congreso Internacional de la Lengua, ambos celebrados en 2001 en España.
Olmedo Ramos revisa cómo los contenidos (el fondo) y la lengua escrita se han venido modificando en la sociedad virtual, desde la perspectiva del que mira los hechos luego de 30 años del envío del primer correo electrónico en Cambridge. La realidad informática ha modificado determinados usos de la escritura, y la difusión por medios electrónicos de la información le da una celeridad a la palabra que sobrepasa con mucho la capacidad de asimilación y comprensión de la palabra por la mente humana, sobrepasada por la celeridad de la sociedad de la información. A partir de datos concretos como el de la velocidad de lectura de un ser humano de no más de 1.000 palabras por minuto para un lector culto en silencio, o de 200 palabras por minuto si lo hace moviendo los labios, o la capacidad del cerebro humano de procesar en lenguaje hablado unas 120 palabras por minutos, cifras todas que palidecen ante la velocidad de cualquier computador obsoleto. Pero es la capacidad de seleccionar, la facultad de discernimiento humano la que entra en juego para escoger entre las montañas de “basura cultural electrónica” lo que realmente vale la pena leer. Parte de este trabajo lo hacían los copistas en el tiempo de los manuscritos, o los editores en los libros y revistas, pero la facilidad de publicar cualquier cosa, sin selección de formas o contenidos en la red, traslada la tarea de seleccionar la calidad de lo que se va a leer de manera más intensa al lector.
“El concepto de "hipertexto", acuñado en los años sesenta por Theodor H. Nelson parece hoy la gran liberación y la red de conocimientos donde se expande el pensamiento posmoderno. Dice Theodor H. Nelson: "Con 'hipertexto' me refiero a una escritura no secuencial, a un texto que bifurca, que permite que el lector elija y que se lea mejor en una pantalla interactiva. De acuerdo con la noción popular, se trata de una serie de bloques de texto conectados entre sí por enlaces, que forman diferentes itinerarios para el usuario". En un libro o cualquier publicación impresa tradicional leemos siempre de manera lineal, en cambio en la lectura electrónica podemos pasar a uno u otro hipertexto generando diversas rutas dentro de una misma lectura. Pero en ese maremagnum de información es fácil perderse, y sentir la soledad de la sobreabundancia.
Por otra parte, el uso de la comunicación vía red y también de los mensajes de texto a través de los teléfonos celulares, ha hecho prevalecer la versión escrita sobre la versión hablada de la lengua en la comunicación de la sociedad virtual. Desde los libros electrónicos o las publicaciones científicas hasta el espacio informal del chat o el más privado de los correos electrónicos (personales o de trabajo) la comunicación es fundamentalmente a través de textos, generando además una serie de abreviaturas y a veces descuido extremo no solo de la ortografía sino también de la sintaxis en la escritura. Y se trata además de textos que la mayoría de las veces no son impresos nunca en papel, y permanecen en la red y en la pantalla de los monitores.
El autor presenta su opiniones fundamentadas en el análisis de la realidad lingüística en la red, partiendo además de datos bibliográficos de autores reconocidos. El artículo, está bien documentado y con amplia bibliografía especializada y anotada en algunos casos, además de indicar en ocasiones la fuente en la red.

Bibliografía
Olmedo Ramos, Jaime: Lengua, Cultura y Escritura en la Sociedad Virtual:
Tres Décadas de Red-Acción (1971-2001) Círculo de Lingüística Aplicada a la Comunicación 8, noviembre 2001. ISSN 1576-4737. Consultado en red el 22-10-09 a las 21 h en http://www.ucm.es/info/circulo/no8/olmedo.htm

sábado, 24 de octubre de 2009

Bibliografía anotada 5: Antropología de lo Político: sociedad virtual y movilizaciones sociales.


El artículo es la base de una ponencia presentada en un Congreso Virtual en 1998 por Adriana Sarraméa de la Universidad de Buenos Aires, y permite tener una idea de los planteamientos de la autora hace ya más de una década. Se trata de una antropóloga argentina, que para el momento de la presentación de la ponencia que generó el artículo que se comenta era estudiantes de doctorado de la Universidad de California, en Estados Unidos.Comienza por presentar algunas precisiones, como el origen de la red en la guerra fría, como protocolo de comunicación desarrollado básicamente desde el mundo de lo militar del cual se han ido abriendo algunos espacios al público.
El artículo es la versión escrita de una ponencia presentada por la autora en un congreso de la especialidad, destinado entonces a lectores del mundo académico. La visión de Sarraméa es una visión crítica y antropológica: “la gente ha sido reducida a datos, sistemas de vigilancia y control actuún a nivel planetario, las mentes son moldeadas mediante la realidad de la pantalla, y un poder autoritario actúa en "ausencia". La nueva geografía es virtual y el centro de resistencia política y cultural tiene que afirmarse en este espacio electrónico.” La red se convierte en un espacio de comunicación (con lenguajes digitales bajo el protocolo TCP/IP, a través de líneas telefónicas de alta velocidad) de comunidades heterogéneas y geográficamente distantes, y a la vez en un espacio de relaciones económicas, culturales y políticas sin contacto físico directo, generando nuevas posibilidades de movilización social.
Las antiguas tecnologías militares se convierten en aparatos de uso doméstico generalizado y una nueva estrategia de poder difuso en el espacio cibernético se transforma en un medio de dominación sostenida y global: el poder difuso va acompañado de la máquina de mirar, recordando al panóptico de Foucault. El poder no visible ni localizable limita la posibilidad de resistencia, las empresas y el capital se movilizan con facilidad de un lugar a otro, buscando el sitio más conveniente por su facilidad de explotación, violabilidad de normas laborales, bajo costo del capital de trabajo, o normas flexibles de contaminación, por poner algunos ejemplos.
Es el poder nomádico, en contraposición al poder sedentario del capitalismo clásico anterior a la guerra fría. Este poder nomádico y el capital transnacional podrían ser paralizados por un grupo relativamente pequeño y ubicuo de hackers que invadiesen con virus o gusanos espacios de la red autoritaria, pero justamente es el usuario de la red el grupo humano menos politizado. Las actuaciones de esos grupos han sido más de vándalos, curiosos, venganzas personales o estrategias de mercaderes de nuevos programas, no actuaciones políticas con orientación definida. Aún así, el espacio virtual de la red puede utilizarse para la democratización de ciertos saberes, e inclusive para la participación comunitaria, la participación de la gente en las discusiones, en la toma de decisiones y en la contraloría social, poniendo al alcance de muchos la posibilidad de flujo de información bidireccional.
Existen sin embargo algunas excepciones interesantes, como por ejemplo el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Comandante Cero, que se dio a conocer y aglutinó promoviendo los movimientos sociales vinculados al zapatismo a través del correo electrónico y de la red, moviéndose en el propio terreno del capital para promover la rebelión. Lo cual por supuesto, no puede ser usado como argumento para pretender hacer afirmaciones sobre la neutralidad de la red, que en definitiva, es otra herramienta de globalización, de poder y de dominación incluso más allá de lo que podemos (o queremos) conocer claramente.
Las calles y los espacios públicos tienen cada vez menos público, que está ahora frente al televisor, o a la computadora la mayor parte del tiempo, o sino en los espacios públicos privatizados, los templos del consumo que constituyen los grandes centros comerciales. Son el equivalente de las fortalezas medievales, donde se ofrece seguridad a cambio de pérdida de la soberanía individual.
Años antes de la masificación de las llamadas redes sociales en la red y de los juegos virtuales cada vez más sofisticados, la autora nos remonta al período medieval y a la contrarreforma para hacer una paralelismo entre la extensión geográfica de la religión católica y el crucifijo y la extensión de la economía de mercado globalizada, la cultura de la hamburguesa o el poder de los repetidores de noticias (o de falacias convertidas por obra y gracia del poder mediático en realidad virtual).

Bibliografía
Sarraméa, Adriana: Antropología de lo Político: sociedad virtual y movilizaciones sociales. Disponible en red en http://www.naya.org.ar/congreso/ponencia1-25.htm, consultado el 22 10 09 a las 21 h.

lunes, 12 de octubre de 2009

Bibliografía anotada 4. Atlas de Cardiopatías Congénitas: Tomografía y Resonancia - Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano, 2009, Caracas

En el mundo de la Sociedad Virtual, la virtualización del cuerpo humano se manifiesta a través de la imagen del cuerpo por medio de las imágenes médicas como las generadas por la ecosonografía, resonancia magnética nuclear, tomografía axial computarizada, radiología y demás estudios imagenológicos que penetran la superficie del cuerpo sin cortar la piel. Las técnicas de reconstrucción digital permiten obtener una fotografía no solamente anatómica, sino también funcional del cuerpo humano vivo, sin afectar (al menos sin hacerlo de manera apreciable a la luz del conocimiento científico actual) la salud y la vida de la persona.
El Atlas de Cardiopatías Congénitas: Tomografía y Resonancia es un libro fundamentalmente de imágenes de tomografía y resonancia, organizado por grupos de patologías en trece capítulos en los que se presentan imágenes normales e imágenes patológicas de las cardiopatías congénitas más comunes (y muchas no tan comunes), incluyendo un capítulo dedicado a los hallazgos extracardíacos en las cardiopatías congénitas. El libro reúne en 298 páginas (con un tiraje de 1000 ejemplares) imágenes y breves textos descriptivos que resumen la experiencia de los primeros 3 años de funcionamiento del Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, un hospital público totalmente gratuito especializado en cirugía y cardiología intervencionista, y que se ha convertido en el primero en número de cirugías cardíacas en cardiopatías congénitas en edad pediátrica de América Latina, con más de 600 cirugías por año en los últimos dos años. Fue presentado al público el 21 de agosto de 2009; y es un libro en formato de 33 x 23 cm y tapa dura, con excelente calidad de impresión, a todo color, editado conjuntamente con el Ministerio del Poder Popular para la Cultura y de distribución gratuita para las bibliotecas especializadas en salud de Venezuela.
Es un libro cuya investigación y recopilación de textos e imágenes estuvo a cargo de Luz Pabón, médica especialista en radiología, con subespecialidad en Tomografía y resonancia, responsable del área de imagenología del hospital y coordinadora del curso de ampliación para especialistas en cardiología infantil o en imagenología de “Tomografía y Resonancia Cardiovascular Pediátrica” que se dicta en el Hospital cardiológico Infantil Latinoamericano. La publicación contó con la revisión de reconocidos médicos especialistas en cardiología infantil, cardiología, cirugía cardiovascular e imagenología, y representa una publicación de alta calidad científica dirigida a médicos y técnicos especialistas en el área.
Todas las imágenes fueron obtenidas en los equipos del hospital, con tecnología totalmente digital en tomógrafo de 64 cortes y resonador de 1,5 tesla, lo que representa un esfuerzo importante con imágenes de alta calidad, provenientes de pacientes referidos de todo el territorio nacional.
Imágenes antes nunca soñadas del corazón en movimiento, de sus estructuras y de los flujos de sangre que por él circulan pueden ahora ser vistas en tiempo real con precisión antes nunca logradas, y almacenadas en servidores que permiten su disponibilidad inmediata y postprocesamiento en toda la comunidad hospitalaria. La calidad de las imágenes obtenidas y almacenadas en formato digital DICOM (estandar mundialmente adoptado para las imágenes con calidad médica) permite recuperar estudios de máxima calidad no solamente con fines de diagnóstico y asistencia a un paciente individual, sino también con fines de docencia o publicaciones virtuales o en forma de libros, sin estar sometidos al deterioro que el tiempo genera rápidamente en imágenes almacenadas en otros soportes como papel, placas radiográficas y otros. El uso adecuado de la tecnología permite evitar entonces errores diagnósticos que pueden conducir a realizar cirugías que pudieran ser mortales, reduciendo costos, incrementando la seguridad y garantizando además la soberanía que como país necesitamos al desarrollar las competencias necesarias para definir con precisión las indicaciones, contraindicaciones y conclusiones a las que es posible llegar utilizando uno u otro medio diagnóstico.
Por supuesto, el uso de tecnologías sofisticadas (y costosas, además de importadas) puede también convertirnos en víctimas del consumismo médico y de la mercantilización de la salud por la que tanto trabajan los mercaderes del capital transnacional vinculado a la producción y venta de equipos e insumos para la salud, pero probablemente una de las mejores vacunas para este riesgo es el conocer a fondo las nuevas tecnologías, para debatir con propiedad en su propio terreno con los que buscan colocar a las máquinas en el lugar de las personas, sustituyendo la relación médico-paciente por la relación máquina-consumidor-caja registradora.
La virtualización del cuerpo humano a través de las imágenes médicas, su almacenamiento y transmisión digital determinan dilemas éticos, pero también son oportunidades para desarrollar el conocimiento de lo humano y la comprensión de la salud en su sentido más amplio, más aún cuando se trata de actuar sobre la salud de los más vulnerables: las niñas y niños.

Bibliografía:

Atlas de Cardiopatías Congénitas: Tomografía y Resonancia
Hospital Cardiológico Infantil Latinoamericano Dr. Gilberto Rodríguez Ochoa, 2009, Caracas, Venezuela. ISBN 978-980-7203-01-2

sábado, 3 de octubre de 2009

Bibliografía anotada 3: Pierre Lévy: ¿Qué es lo virtual?

Para Lévy, en su libro ¿Qué es lo virtual? (1), el abordaje de lo virtual no es apocalíptico ni catastrófico, sino por el contrario: optimista, una visión en la que la virtualización es una continuación de la hominización, del proceso que nos lleva a diferenciarnos de los animales. “(…) lo virtual, en un sentido estricto, tiene poca afinidad con lo falso, lo ilusorio o lo imaginario. Lo virtual no es, en modo alguno, lo opuesto a lo real, sino una forma de ser fecunda y potente que favorece los procesos de creación, abre horizontes, cava pozos llenos de sentido bajo , la superficialidad de la presencia física inmediata.” (p 8; los números colocados entre paréntesis señalan en todos los casos la página de la cita, en la versión digital que se describe en la bibliografía). Y más adelante nos dice que: “El reto de este libro, por lo tanto, es triple: filosófico (el concepto de virtualización), antropológico (la relación entre los procesos de hominización y la virtualización) y sociopolítico (comprender la mutación contemporánea para tener una oportunidad de convertirse en actor de ella).” (p 8)
En el primer capítulo, define los conceptos de realidad, de posibilidad, de actualidad y de virtualidad, la «desterritorialización» asociada a la virtualización.
“Los tres capítulos siguientes conciernen a la virtualización del cuerpo, del texto y de la economía.(…)
El quinto capítulo analiza la hominización en los términos de la teoría de la virtualización: virtualización del presente inmediato por medio del lenguaje, de los actos físicos por la técnica y de la violencia por el contrato. (…)
El capítulo sexto, utiliza los materiales empíricos acumulados en los capítulos precedentes para poner en evidencia el núcleo invariante de operaciones elementales implicadas en todos los procesos de virtualización: los de una gramática, de una dialéctica y de una retórica ampliadas a los fenómenos técnicos y sociales.
Los capítulos séptimo y octavo examinan «La virtualización de la inteligencia». Presentan el funcionamiento tecnosocial de la cognición siguiendo una dialéctica de la objetivización de la interioridad y de la subjetivización de la exterioridad, la cual, como se verá, es típica de la virtualización. Estos capítulos desembocan en dos resultados principales. En primer lugar, muestran una visión renovada de la inteligencia colectiva emergente en las redes digitales de comunicación. Después de lo cual, ofrecen la construcción de un concepto de objeto (mediador social, soporte técnico y nexo de las operaciones intelectuales) que sirve para completar la teoría de la virtualización.” (p.9)
El autor plantea que no existe oposición entre lo real y lo virtual. Lo virtual es lo que existe potencialmente y se opone a lo actual, es el problema (que tiende a la resolución: la actualización). Lo posible, por otro lado, se asemeja a lo real: es lo real sin existencia. “La memorización digital es una potencialización, la visualización de datos una realización. Un hipertexto es una matriz de textos potenciales, de los cuales sólo algunos se realizarán como resultado de la interacción con un usuario.” (p 29) Los pares son entonces: potencial-real y virtual-actual.
A través del ejemplo de la virtualización de una empresa en la que se “hace un uso masivo del teletrabajo, tendiendo a reemplazar la presencia física de sus empleados en los mismos locales por la participación en una red de comunicación electrónica y a usar recursos informáticos que favorecen la cooperación.” (p12), se muestra cómo la empresa deja de ser un establecimiento con trabajadores cuyo tiempo es comprado, a ser una coordinación que distribuye el trabajo, pasando de una solución dada a un nuevo problema.
La virtualización elimina la exigencia de los presencial, o de lo geográfico, la comunidad virtual no está delimitada por un territorio determinado (es la desterritorialización de lo virtual), sino que se vincula por compartir el mismo problema o foco de interés, “Pero, a pesar de ello, lo virtual no es imaginario. Produce efectos.” (p 15), desdibuja los límites entre “público y privado, propio y común, subjetivo y objetivo, mapa y territorio, autor y lector, etc.” (p 17)
La virtualización alcanza también al cuerpo: la función simétrica de la percepción es la proyección en el mundo tanto de la acción como de la imagen. La proyección de la acción está vinculada a las máquinas y a la técnica, la de la imagen del cuerpo a la telepresencia, las telecomunicaciones, teléfono, y también a las imágenes médicas de ecosonografía, resonancia magnética nuclear, tomografía axial computarizada, radiología y demás estudios imagenológicos que penetran la superficie del cuerpo sin cortar la piel. El hipercuerpo de la humanidad comparte incluso sus órganos y tejidos, los transplantes y transfusiones materializan el intercambio entre vivos y con muertos, e incluso con animales, convirtiendo la comunidad religiosa o simbólica de los cuerpos en hecho técnico.
Pasando de una solución particular a una problematización general (colectiva), la virtualización del cuerpo es una heterogénesis de lo humano.
Para Lévy la lectura es la actualización del texto, en tanto depende de la interpretación del lector que le da un sentido particular en un momento determinado, y la escritura es una forma de virtualización de la memoria (puesta en común, heterogénesis). Ese sentido no existe antes de la lectura, y existirá de una manera particular y diferente de acuerdo al contexto de la lectura, del lector, de sus relaciones con otros textos y afectos, con lo que la actualización por el lector a través de la lectura convierte al texto en un cuerpo viviente.
La desterritorialización de lo virtual se vincula al nomadismo, e igualmente, el texto (y los hipertextos) de las redes virtuales del ciber espacio se vinculan a la comunicación oral. Así, la escritura y la imprenta responden a la exigencia de una verdad universal, objetiva, así como la red virtual reproduce en el mundo actual comunicación oral prehistórica, y sus saberes míticos y narrativos.
Los hipertextos prolongan en el espacio virtual las señales (puntuación, capítulos, diagramas, notas a pie de página) que la escritura fue desarrollando paulatinamente a partir de los primeros alfabetos sin separaciones. Son los tiempos de la respiración y el ritmo de la palabra hablada traducidos de manera imperfecta en el texto escrito lo que veíamos en el papel, y ahora las conexiones, las referencias de nuestra memoria, las asociaciones y las lecturas posibles, que aparecen como hipertextos: la velocidad. En la web se almacena la memoria por un lado la enorme multitud de datos y por otro las estructuras, los recorridos o señalizaciones subjetivos de cada organización o individuo. Especialmente los enlaces al exterior de la página representan rutas diferentes para llegar a un mismo texto (enlaces hipertextuales). Estos enlaces hipertextuales a veces llevan a datos puestos al día en tiempo real, haciendo al lector partícipe pensante y creador de nuevas lecturas. El texto subsiste fuera de las fronteras de la página (y de los países), al igual que las imágenes o la música.
Habiendo sido la escritura actual creada para un soporte estático, es factible plantear la invención de nuevos sistemas de escritura acordes al soporte dinámico de la web, ya presentes, por ejemplo, en los íconos, videojuegos, simulaciones gráficas, etc. Pero no se trata de la desaparición del texto, sino de su relanzamiento (incorporando la intertextualidad, referencias) potenciado.
La información y el conocimiento son bienes económicos primordiales y muy particulares: por ser virtuales (desterritorializados) “consumirlos no los destruye y cederlos no significa perderlos.” (p 43), y además se pueden transmitir y producir de una manera cooperativa, a contrapelo de la economía basada en las escasez de los bienes. Estaríamos entonces ante una economía de abundancia, en la que ganarán las sociedades que logren aumentar la eficacia del trabajo a través de la inteligencia colectiva virtual. Además, la actualización de lo virtual es un acto creador, al actualizar el conocimiento le damos un sentido nuevo y lo convertimos en solución.
Según la teoría matemática de la comunicación, una información es un acontecimiento que reduce la incertidumbre respecto a un entorno dado.” (p 44)
En esta nueva economía virtual (de la información y el conocimiento) el derecho de autor pasa de ser territorial (valor de cambio de la venta de un libro, o un disco, por ejemplo) a ser un derecho de tránsito o de uso, y los límites entre producción y consumo se hacen difusos.
El autor plantea que las cuatro propiedades de la inteligencia colectiva son: conectividad (vínculos, redes), una semiótica (sistema de representaciones, evolución de los signos), una axiología (o valores filosóficos, morales) y una energética (fuerza afectiva de las imágenes, publicidad, retórica), y se integra en un “metamercado” de evaluación cooperativa y social.
Son tres las virtualizaciones que han creado lo humano: el lenguaje, la técnica y el contrato. Para Lévy la virtualización generalizada (incluyendo economía, cuerpos, mensajes) se inserta en el proceso de hominización: la creación del lenguaje (específicamente humana) es un proceso de virtualización, que da celeridad a la difusión de las técnicas y la complejidad de las instituciones. También la virtualización permite la transformación y el intercambio de lo interior (privado) al exterior (público) y viceversa.
“La humanidad surge a partir de tres procesos de virtualización. El primero está vinculado a los signos: la virtualización del tiempo real. El segundo, a las técnicas: la virtualización de las acciones, del cuerpo y del entorno físico. El tercer proceso crece con la complejidad de las relaciones sociales: para designarlo de la manera más sintética posible, diremos que se trata de la virtualización de la violencia. (…)
Por medio del lenguaje, la emoción virtualizada por el relato vuela de boca en boca. Gracias a la técnica, la acción virtualizada por la herramienta pasa de mano en mano.” (p 61)
Las operaciones de la virtualización o el trivium antropológico: la gramática nos permite componer a partir de los fonemas (elementos sin significado unidades significativas (frases, discursos), la dialéctica es el arte del diálogo de interlocutores, con la retórica se trata de actuar sobre los otros a través de los signos. La fragmentación en unidades básicas es para Foucault el preludio del acercamiento disciplinario al cuerpo. Para Lévy el trivium virtualizante del lenguaje caracteriza también a la técnica y a la complejidad de relaciones humanas, la estandarización, por ejemplo, hace compatibles sistemas de información, o de transporte. El pensamiento y la inteligencia humana están indisolublemente unidos al lenguaje, instituciones, representaciones, en fin: a la virtualización, generando la posibilidad de una inteligencia colectiva muchas veces subestimada.
A diferencia de las sociedades animales, la inteligencia colectiva humana es conciente de si misma, y cada quien la refleja de un modo particular (no como el partícipe acrítico y ciego de la inteligencia social animal).
Ahora, para Lévy es fundamental que nos apropiemos de las inmensas posibilidades de la inteligencia colectiva, a través de la comunicación no mediática masiva, en la que el poder no reside en el emisor (que se dirige a un receptor pasivo, como en la televisión), sino que es posible la relación transversal entre los receptores (que son a su vez emisores) virtuales, que no se asocian por su ubicación geográfica (desterritorializada) sino por sus afinidades e intereses (un objeto común que genera un sujeto colectivo) en una coordinación no jerárquica.
“La alternativa es simple. O el ciberespacio reproduce lo mediático, lo espectacular, el consumo de información comercial y la exclusión a una escala todavía más gigantesca que la existente hoy en día —ésta es a grandes rasgos la tendencia natural de las «autopistas de la información» o de la «televisión interactiva»—, o bien acompañamos las tendencias más positivas de la evolución en curso y nos planteamos un proyecto de civilización centrado en los colectivos inteligentes: recreación de los lazos sociales por medio de los intercambios de saber, reconocimiento, escucha y valoración de las singularidades, democracia más directa, más participativa, enriquecimiento de las vidas individuales, invención de nuevas formas de cooperación abierta para resolver los terribles problemas que la humanidad debe afrontar, acondicionamiento de las infraestructuras culturales y de programas informáticos de la inteligencia colectiva.” (p 94)
Lévy plantea el problema de la inteligencia colectiva y su coordinación para hacerla sobrepasar las capacidades de la inteligencia individual, sin establecer nuevas relaciones de dominio y de anulación, fomentando la diversidad y la cooperación por el bien común.
“Si bien todas las personas son inteligentes a su manera, los grupos a menudo decepcionan. Se sabe que, en una muchedumbre, las inteligencias individuales, lejos de sumarse, tienden a dividirse. La burocracia y las formas autoritarias de organización aseguran una cierta coordinación, pero a costa de la asfixia de las iniciativas y de la anulación de las singularidades.” (p 95)
Algunas preguntas fundamentales serían, para el autor: “¿cómo pasar aquí y ahora, de la inteligencia colectiva, que es inherente a la condición humana, a los colectivos inteligentes que optimizan deliberadamente sus recursos intelectuales? ¿Cómo construir una sociedad de manera flexible, intensa e inventiva, sin basar el colectivo en el odio al extranjero, ni en algún mecanismo victimista, ni en la relación con una revelación trascendente o un jefe providencial? ¿Cómo poner en sintonía los actos y los recursos de las personas sin someterlas a una exterioridad alienante? Un régimen así no se decreta y sin duda hace falta algo más que buena voluntad.” (p 97) y pudieran parecer utópicas. Es la búsqueda del cómo pasar de la cacería animal de presas a la cooperación por un objeto común circulante de manera libre (en el ciberespacio, no en la apropiación de la autopista electrónica).
“El término quadrivium, o vía cuádruple, fue acuñado por Boece en el siglo VI d.C. para designar los estudios científicos que debían seguir al trivium (gramática, dialéctica y retórica), a saber: aritmética, geometría, música y astronomía. Este programa de estudio, trivium y quadrivium —los siete pilares de la sabiduría— fue seguido durante siglos por las «facultades de las artes» de la Edad Media europea. (p 109)
Siguiendo entonces el juego de mostrarnos trivium y ahora quadrivium, Lévy muestra las relaciones entre los cuatro modos de ser: posible, real, actual, y virtual, no antagónicos sino complementarios y conjuntos.
“Lo posible y lo virtual tienen, evidentemente, un rasgo común que explica la confusión tan frecuente que se produce entre ellos: los dos son latentes, no manifiestos. Más que librar una presencia, anuncian un futuro. En cambio, lo real y lo actual son, ambos, patentes o manifiestos.” (p 109)

Comentario crítico

En la tradición filosófica francesa Lévy (con formación inicial en historia e historia de la ciencia) establece un conjunto de categorías que ayudan a pensar desde el punto de vista filosófico y socio-antropológico en lo que ha sido y será el papel de la informática en el mundo y en las sociedades.
Para Lévy el abordaje de lo virtual no es catastrófico, ni tampoco es la idea del determinismo tecnológico, sino por el contrario: hace un planteamiento optimista, una visión en la que la virtualización es una continuación de la hominización, del proceso que nos lleva a diferenciarnos del mundo animal. Podría pecar de demasiado optimista o tal vez ingenuo al pensar que la inteligencia colectiva puede ser de algún modo orientada hacia un norte de solidaridad, cooperación y colectivismo, pero a la vez es una visión refrescante en el medio de los pronósticos apocalípticos finiseculares.
El libro resulta a ratos demasiado denso, y tal vez sería más fácil de leer en la web, si desarrollase hipertextos que sirvieran de glosario a medida que se avanza en la lectura. En cualquier caso, la utilización de ejemplos de la vida cotidiana ayuda al lego (como yo…) a entrar en las profundidades filosóficas de la definición de lo humano (para Aristóteles era la risa, lo característicamente humano: los animales no ríen). La virtualización no es entonces el fin de la civilización humana, sino otro paso en la separación de lo animal. La virtualización del texto, del cuerpo y de la economía; y luego el lenguaje, la técnica y el contrato como virtualizaciones que crean lo humano son los sustratos de la inteligencia colectiva. La verdadera pregunta queda luego claramente planteada: ¿cómo pasar de la inteligencia colectiva a los colectivos inteligentes?, y muy especialmente cómo hacerlo sin generar nuevas relaciones de dominación y alienación. Ese es el reto y la invitación que nos hace Lévy al final.

Bibliografía:

(1) Lévy, P.: ¿Qué es lo virtual?. Editorial Paidós, Barcelona, 1999. Título original: Qu’est-ce que le virtual?, publicado en francés por Éditions de la Découverte, París. Traducción de Diego Levis.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Bibliografía Anotada 2: La ética de las Bases de Datos del Sector Salud

Jon Snaedal es un médico geriatra islandés especialista en ética médica, y ex presidente de la Asociación Médica Mundial, asociación médica internacional con intereses corporativistas preocupados por los efectos que la crisis del capitalismo mundial pueda tener en la delegación de funciones tradicionalmente reservadas a los médicos en otros profesionales de la salud, con un enfoque que pareciera más centrado en la pérdida de privilegios (y fuentes de ingresos económicos) de la casta médica que en la satisfacción de las necesidades de la gente en materia de salud.
Snaedal presenta sus comentarios sobre “La ética de las Bases de Datos del Sector Salud” en este artículo (1) que salió publicado en 2002, en una revista en red: EHealth Internacional, dirigida a profesionales diversos del área de la salud e interesados en la vinculación de las tecnologías de información y comunicación al sector, y llama la atención hacia aspectos éticos del uso de bases de datos para información de salud. Se trata de un comentario de opinión del autor (sin bibliografía citada) sobre un tema controversial.
El uso de bases de datos con fines de investigación, epidemiológicos y de diseños de políticas de salud tiene ya una larga trayectoria, sin embargo, el uso de bases de datos amplias con información detallada individual de las personas sobre salud presenta consideraciones éticas que deben ser abordadas al tomar decisiones de políticas de salud en este asunto.
Snaedal comenta la experiencia de Islandia, con una base de datos nacional de salud desde 1998, de todos los pacientes del país, alimentada por los datos generados (incluyendo información genética proveniente de muestras de sangre) por todas las y los médicos del país y todas las instituciones de salud, con información que sería manejada por una empresa privada de manera exclusiva por 12 años. Se partió de la presunción del consentimiento de todos los pacientes para que sus datos entrasen en la base. Esta base de datos podría estar violando algunos de los principios establecidos en la declaración de Lisboa sobre los Derechos de los Pacientes, Código Internacional de Ética Médica (declaración de Ginebra) y la Declaración de Helsinki, tales como el derecho del paciente de ser informado que sus datos serán conocidos por un tercero (aunque no pueda oponerse a ello por razones epidemiológicas o de otro tipo), a la confidencialidad de la relación médico-paciente, a oponerse a dar su consentimiento (salvo en ciertos casos) y a su derecho de exigir que sus datos sean borrados de la base de datos (si están registrados de manera individual). Cierra el artículo Snaedal planteando a modo de pregunta (2), algunas cuestiones relevantes sobre las relaciones entre control de la información, poder financiero y control sobre el avance del conocimiento y la necesidad de establecer regulaciones para evitar los abusos, especialmente teniendo en cuenta que los cambios en el uso y desarrollo de las tecnologías de comunicación e información a futuro pueden convertir algo hoy no individualizable y seguro en datos personalizados utilizables por terceros.

Se plantea aquí el dilema ético de hasta que punto del derecho individual del paciente se contrapone al derecho del colectivo, debiendo prevalecer en ese caso la salud pública colectiva sobre la defensa del deseo individual del paciente con un adecuado balance (he ahí el dilema ético). Allí, en mi opinión, el regulador tiene que ser el Estado, y las bases de datos con fines epidemiológicos, de control de calidad, de salud colectiva, de diseño y seguimiento de políticas públicas en salud, tienen que estar bajo en control del estado (de ninguna manera de empresas privadas con intereses económicos particulares), en cuyo caso prevalece el interés general sobre el del paciente individual, garantizando siempre el Estado la confidencialidad de los datos individuales. Por otra parte, en el caso de las bases de datos con fines de investigación o de otro tipo en manos privadas, se debe preservar el derecho del paciente a participar o no con su información confidencial en determinado estudio, y la necesidad del consentimiento informado previo. El dilema ético deriva en un dilema político, en el sentido de control del poder, y en un dilema económico, por el uso del la información con fines comerciales vinculados a los enormes capitales transnacionales que se mueven alrededor de la industria de la enfermedad (que no de la salud…).



Referencias

(1) Snaedal, Jon (2002): The ethics of health sector databases. EHealth International 2002, 1:6 Consultado en la red el el 24-9-09 a las 16 h, en http://www.pubmedcentral.nih.gov/picrender.fcgi?artid=135527&blobtype=pdf y disponible también en: www.ehealthinternational.org/content/1/1/6

(2) “It is said that in the modern information society the key to power is information. Could it be that the same applies to health information?” Snaedal, Jon (2002): The ethics of health sector databases. EHealth International 2002, 1:6

viernes, 25 de septiembre de 2009

Bibliografía anotada 1: ¿Es necesario un Plan Nacional de Tecnologías de Información y Comunicaciones del Sector Salud?


RESUMEN

La utilización de las tecnologías de información y comunicación (TIC’s) en el sector salud ha tenido una extensión en los países latinoamericanos más lento que su aplicación en otros sectores como el financiero. Los intereses económicos que giran alrededor de su implantación hacen relevante la comprensión de los diferentes aspectos involucrados en su aplicación. La elaboración de planes comunes (nacionales y latinoamericanas) basadas en la priorización de las necesidades de la comunidad y en la resolución de los problemas más críticos, la complementariedad y compatibilidad de las propuestas, los acuerdos de estandarización y legislación, el uso del software libre, el idioma español y en fin, la unión para buscar soluciones comunes a problemas comunes puede convertir en una oportunidad inédita para la región lo que ahora es sólo un desafío más.

PALABRAS CLAVE

Cibersalud, tecnologías de la información y las comunicaciones, historia clínica electrónica, telesalud, telemedicina. teleducación

En la 58° Asamblea Mundial de la Salud (1) se aprobaron resoluciones y decisiones sobre el tema de la cibersalud, definida como:

“(…)el apoyo que la utilización costo eficaz y segura de las tecnologías de la información y las comunicaciones ofrece a la salud y a los ámbitos relacionados con ella, con inclusión de los servicios de atención de salud, la vigilancia y la documentación sanitarias, así como la educación, los conocimientos y las investigaciones en materia de salud, (…)”.

En La definición de la OMS se resaltan varios aspectos sustanciales del tema: costo, seguridad, inclusión, documentación sanitaria, investigación y educación en salud. A partir de esta definición básica podemos desglosar algunos de los elementos constitutivos del concepto y a la vez algunos de los escollos y de las limitaciones que ha tenido la cibersalud para extenderse por latinoamérica.

El problema de los costos tiene dos vertientes importantes, y que se vinculan directamente con aspectos éticos de la salud: en primer lugar la relacionada con la manera en la que la cibersalud pueda llegar a convertirse en un elemento adicional de dominación, control y exclusión de los países latinoamericanos por los centros hegemónicos del poder (que son también los centros de mayor desarrollo tecnológico) y a la vez el riesgo de generar un incremento de las brechas nacionales, al poner al acceso de las clases económicamente privilegiadas las ventajas que pueda determinar la disponibilidad de una tecnología costosa, heterogéneamente distribuida y en muchos casos elitesca. El convertir a la cibersalud en un camino de democratización o de profundización de las brechas (ahondando la brecha digital) dependerá en buena medida de las decisiones que los estados tomen en ese ámbito.

La carrera de la obsolescencia programada con la que las grandes transnacionales que dominan el mundo del software y hardware controlan el mercado, generando a una velocidad vertiginosa nuevas opciones tecnológicas que inviabilizan el mantenerse al día si no se compra un nuevo equipo y un nuevo programa, cada vez más potente y también cada vez más apartado probablemente de las verdaderas necesidades de la salud mundial, cada vez más desechable y menos amigable con el ambiente, cada vez más regido por las leyes del mercado y no por las de la solidaridad y el sentido común (entendido como la orientación hacia lo comunitario, hacia lo de todos, lo que da a cada quien según sus necesidades y pide a cada cual según sus capacidades…). Se corre entonces el riesgo de aumentar la “brecha digital”, al aplicar las tecnologías de comunicación e información a la salud. Ante la tarea de adaptar propuestas foráneas, especialmente en lo que a software se refiere, habría que plantearse la creación y el desarrollo de propuestas propias, surgidas de las necesidades de la gente y estrechamente nacidas del seno de los más vulnerables, pensadas para la inclusión y no para la dominación o el control, para la solidaridad y no para la explotación.

Pero, más allá de los riesgos, se trata de verdaderas oportunidades de crecimiento e integración, y podría ser este tema de la cibersalud un agente vinculador latinoamericano y suramericano, especialmente si los estados logran ponerse de acuerdo para generar planificaciones complementarias para desarrollar compatiblemente la cibersalud en nuestros predios. ¿No podríamos acaso pensar en una historia clínica electrónica latinoamericana, en foros virtuales de salud en español de América, o en bases de datos de salud pública compatibles?, ¿no es acaso esta un oportunidad, ahora que todavía los desarrollos están comenzando, para distribuir las tareas y luego compartir los resultados?, ¿es absurdo acaso pensar en un sistema con historia venezolana, sistema de manejo de imágenes brasileño, interfase para laboratorio uruguaya y control farmacéutico argentino, por decir algo?

El tema de la seguridad de la información ha sido usado en ocasiones como un posible obstáculo legal para el desarrollo de la historia clínica electrónica, sin embargo, pese a la vulnerabilidad relativa pareciera estar universalmente aceptada la seguridad de los datos electrónicos incluso en la web mundial, y prueba fehaciente de ello es la globalización de las transacciones financieras electrónicas (desde las cuentas de los estados y los grandes capitales, hasta el usuario individual del cajero electrónico, por poner un ejemplo). ¿Qué ha impedido un desarrollo similar de la información de salud? Posiblemente la respuesta esté justamente en los intereses económicos que giran alrededor del mundo financiero, y la poca plusvalía económica que se piensa que podría generar la informatización de la historia clínica electrónica, las bibliotecas virtuales en salud, y el cyberaprendizaje en salud. Sin embargo, las leyes sobre firma electrónica, y la validez jurídica que a partir de allí podría darse a la historia clínica electrónica, podrían abrir caminos en la dirección correcta, teniendo en cuenta que (pese a la vulnerabilidad de los datos electrónicos) la posibilidad de alterar datos o tener acceso a información confidencial almacenada en papel en cualquiera de nuestros hospitales es probablemente mucho más sencilla de lo que sería alterar una base de datos electrónica que tenga los controles de seguridad correspondientes.

La historia clínica electrónica requiere también un número de información único para cada paciente, que habitualmente es el número de la cédula de identidad o del documento de identidad nacional, pero ello genera la dificultad de excluir el período que transcurre desde el nacimiento hasta el momento en que se emite el documento. Lo ideal sería que la asignación del número único de identificación se hiciese al momento del nacimiento, abriéndose entonces una historia única para el resto de la vida de la persona que registraría los datos de salud incluyendo los relacionados con el período perinatal. Teniendo en cuenta que la gran mayoría de los partos en Venezuela son institucionales y atendidos por médicos, el problema sería relativamente fácil de resolver asignando los número en todos los establecimientos de salud donde se atiendan partos. Este mismo número sería el que se registraría en el registro civil al emitir la partida de nacimiento, y posteriormente la cédula de identidad y el registro electoral permanente. Los datos de filiación, dirección, edad, fecha y lugar de nacimiento y los datos básicos de salud estarían permanentemente actualizados de manera cruzada, sin requerir que se repita la misma información en múltiples lugares. Aún más, los sistemas de información biométrica (como la “captahuellas” asociada al registro electoral), y el proceso que actualmente se desarrolla en Venezuela de registro electrónico de huellas digitales y de depuración del registro electoral y del registro civil, nos colocan en posición privilegiada para discutir sobre la conveniencia de vincular las bases de datos existentes a una primera historia clínica electrónica con un número único de identificación a partir del cual se pueda acceder (con las barreras de seguridad correspondientes) a información clínica relevante de cada persona, a partir de la cual se pueda también generar los correspondientes alertas epidemiológicos y la información relevante que permita planificar sobre bases firmes las políticas de salud del estado, y las respuestas ante emergencias epidemiológicas o sanitarias.

En lo que respecta a la investigación en salud, la creación de registros nacionales electrónicos daría un salto en términos de velocidad y confiabilidad de la información recabada, que podría además permitir la actuación efectiva en temas de salud pública. Por poner un ejemplo sencillo, si asignamos un número único de identificación al nacer a la persona, ligado a una historia clínica electrónica disponible en todos los establecimientos de salud o actualizable por localidades (de acuerdo a la disponibilidad tecnológica de cada comunidad) y vía web, podríamos tener el seguimiento exacto y la generación de alertas en caso de fallas en el cumplimiento del programa de vacunación previsto para cada niñ@ nacid@ en el país. Este alerta automático podría generar por localidad al médico comunitario la lista de las personas que no han completado el esquema de inmunizaciones, y activar las acciones necesarias para corregir la situación y detectar tal vez otros problemas adicionales que pudieran existir en ese potencial paciente pediátrico asociados a la situación de exclusión de la cual la no cobertura de inmunizaciones es un indicador. Si sabemos que controlando las enfermedades prevenibles por vacunas estamos incidiendo de manera muy directa y significativa en la reducción de la mortalidad infantil, esta estrategia podría ser una de las rutas a acelerar en busca del cumplimiento de las “metas del milenio” que en materia de salud estableció la OMS y que incluyen de manera prioritaria la reducción de la mortalidad infantil.

El acceso a la información en salud, tanto por parte de los profesionales de la salud como por parte de las comunidades, permite tener una respuesta a problemas como los relacionados con el déficit de especialistas en los hospitales públicos venezolanos, y el amplio acceso que en nuestro país existe a sistemas de comunicación como telefonía (fija y móvil), Internet (en CBIT, Infocentros, y otros) y próximamente a la comunicación satelital a través del satélite Simón Bolívar convierten a las tecnologías de comunicación e información como elementos a considerar en la solución de problemas de recursos humanos y de difusión de la salud comunitaria.

En el 2006 la OMS publica el Report of the WHO Global Observatory for eHealth: Needs of the Member States (TOOLS&SERVICES) (2) que engloba los resultados de una encuesta aplicada en el mundo y respondida por 93 países, en ella se resumen las necesidades de herramientas y servicios de cibersalud (eHealth) de los países participantes. La encuesta preguntaba sobre 10 aspectos a responder con selección simple indicando si esa herramienta les parecía: inútil, poco útil, moderadamente útil, muy útil o extremadamente útil, si la OMS ofreciese prototipos genéricos para la adaptación en cada país. Más de 70% de los países consideraron muy útil o extremadamente útiles a todas las herramientas consultadas, a saber:

1.- Historia Clínica Electrónica (eHR): incluyendo medicamentos, laboratorio

2.- Sistema de Información de Pacientes (PIS): soporta actividades clínicas y administrativas en pacientes hospitalizados, sin acceso multimedia (a diferencia de la historia electrónica)

3.- Sistema de Información Hospitalario (HIS): sistemas de información adminsitrativa, citas, planificación, presupuesto y personal.

4.- Sistema de Información del Médico General (GPIS): sistema de datos de atención primaria, puede incluir laboratorio y aspectos administrativos

5.- Registro electrónico nacional: base de datos con temas específicos de salud como natalidad, mortalidad, cancer, diabetes, y otros de interés epidemiológico

6.- Registro nacional de medicamentos

7.- Directorio de profesionales e instituciones de salud (DSS)

8.- Sistema de soporte para la toma de decisiones clínicas

9.- Telesalud: incluye telemedicina y segundas opiniones, es el uso de las TIC’s como soporte para proveeer asistencia en salud o como alternativa a la atención profesional directa, telediagnóstico, segundas opiniones, teleconsulta, telecuidado o teleatención (domiciliaria o en ambulatorios sin médicos)

10.- Información Geográfica: aplicaciones para captura, integración, análisis y presentación de datos geográficos relacionados con coordenadas geográficas.

Adicionalmente, varios países consideraron necesarias otras herramientas como:

1.- Educativas para profesionales: en salud pública, biblioteca virtual y bases de datos para soporte de medicina basada en evidencias. Teleducación.

2.- Para asistencia en salud: telecuidado en casa, diagnóstico remoto, sistema de información radiológica (RIS) y sistemas de información de laboratorio

3.- Sistemas Administrativos: sistema de información financiera, sistema de referencia de pacientes, financiamiento para cibersalud

4.-Salud Pública y políticas de salud: sistemas de seguimiento de enfermedades, monitoreo y asesoría en salud pública, vacunas, portal nacional de cibersalud y sistema global de información de salud

5.- Requerimientos técnicos: sistemas basados en software libre, estandarización de métodos, herramientas integrables e integradas

6.- Herramientas para los ciudadanos. Sistemas de información de salud personal

Se recibieron también recomendaciones de los países participantes en la encuesta de Observatorio de la OMS sobre la conveniencia del uso de herramientas genéricas basadas en códigos abiertos (software libre, de uso obligatorio en nuestro país) que se puedan interrelacionar entre sí, así como la elaboración de guías o pautas conjuntas y normas comunes para Latinoamérica en esta área.

La estandarización de protocolos es prioritaria si pensamos en soluciones a largo plazo, así como en complementariedad en Latinoamérica para avanzar con velocidad y costos razonables en las herramientas útiles a desarrollarse en español, basadas en software libre, susceptibles a estar disponibles en la web, compatibles y complementarias entre sí, con protocolos de comunicación uniformes y un número único de registro.

Y la estandarización pasa por hablar un lenguaje común cuando a TIC´s en salud nos referimos, para poder a partir de ello elaborar posibles propuestas de trabajo conjunto latinoamericano, priorización y complementariedad. Proponemos con Velez (3), 4 áreas de trabajo fundamentales:

1.- Incorporación de software y hardware para administración y gerencia:

-funcionamiento administrativo

-control de inventario

-gerencia y planificación (gestión de salud)

-contraloría social y participación comunitaria

2.- Incorporación de software y hardware para manejo clínico de pacientes:

-comunicación e intercambio entre distintos establecimientos de salud

-historia clínica electrónica, incluyendo: informatización de imágenes (DICOM), expediente clínico, compatibilidad con equipos de laboratorio clínico (HL7), órdenes médicas (prescripción, dosificación, interacciones, administración), protocolos de atención y guías prácticas

-prevención y detección de errores

-telemedicina, teleradiología: formación, solución parcial al déficit

-vigilancia epidemiológica automatizada

3.- Aspectos éticos, legales, socioeconómicos y políticos de la incorporación de software y hardware para manejo clínico de pacientes:

-el tema de la privacidad y confidencialidad del acto médico

-la vulnerabilidad y dependencia (equipos, hardware, software, redes de Internet): política, económica

-firma electrónica

-la información de salud en la red

-el número único de registro de salud desde el nacimiento

4.- Educación, capacitación e investigación en salud

- orientada no solamente a los profesionales de la salud, sino orientada también a las necesidades de la salud comunitaria, de las personas.

-Bibliotecas virtuales,

-bases de datos de medicina basada en evidencia

A MANERA DE CONCLUSIÓN:

Lo complejo e interdependiente de los distintos aspectos a considerar obliga a plantearse soluciones integrales, abordadas posiblemente por múltiples equipos que requieren una coordinación clara y seguir políticas nacionales (y ¿por qué no latinoamericanas?), cuyos lineamientos, cronogramas y responsables tendrían que estar claramente establecidos y de los cuales ya existen algunas experiencias preliminares recientes en algunos países latinoamericanos. En todo momento se plantea “la necesidad de sensibilizar tanto al sector de la salud como al de las TIC para que el tratamiento de Información enfatice su desarrollo hacia actividades que tengan que ver con la razón de ser del sistema, es decir, el paciente” (4) priorizando lo asistencial, comunitario o relacionado con la salud pública sobre lo administrativo, tomando entonces una dirección opuesta a la que llevan la mayoría de los desarrollos de herramientas comerciales de historia clínica electrónica disponibles en el mercado internacional (basados en software propietario, diseñados para la administración, facturación y las cuentas y no para el manejo clínico del paciente).

Esta maraña de caminos solo puede llevar a un buen destino si se planifica de manera rápida, conciente y eficiente sobre las Tecnologías de Información y Comunicaciones del Sector Salud, no solamente haciendo un plan nacional encada uno de nuestros países, sino avanzando un paso más para plantearnos un plan latinoamericano plurianual, en la ruta de la unión latinoamericana.

BIBLIOGRAFÍA

(1) 58ª ASAMBLEA MUNDIAL DE LA SALUD p 128 WHA58.28 Cibersalud (red oms58_28-sp.pdf) (Novena sesión plenaria, 25 de mayo de 2005 -

Comisión A, séptimo informe)”

(2)Report of the WHO Global Observatory for eHealth Needs of the Member States (TOOLS&SERVICES) 2006 Consultado en la red el 3-4-08 en: www.who.int http://www.who.int/goe/en/

(3) Vélez, Jorge Alberto: Acerca de las Tecnologías de Información y Comunicación en el escenario de salud de LAC. 2005. Documento preparado para la Consulta Regional

del Programa Pan Américas IDRC Montevideo, 29 y 30 de noviembre de 2005 Consultado en la red el 21-3-08 en: http://www.idrc.ca/uploads/user-S/113517594213_Paper_E-Salud_JVelez.pdf

(4) Misterio de Comunicaciones de Colombia. Plan Nacional de Tecnologías de Información y Comunicaciones de Colombia 2008-2019. Documento Beta Mesa Nacional de TIC en el Sector Salud. Bogotá, 29 de Octubre de 2007