sábado, 24 de octubre de 2009

Bibliografía anotada 5: Antropología de lo Político: sociedad virtual y movilizaciones sociales.


El artículo es la base de una ponencia presentada en un Congreso Virtual en 1998 por Adriana Sarraméa de la Universidad de Buenos Aires, y permite tener una idea de los planteamientos de la autora hace ya más de una década. Se trata de una antropóloga argentina, que para el momento de la presentación de la ponencia que generó el artículo que se comenta era estudiantes de doctorado de la Universidad de California, en Estados Unidos.Comienza por presentar algunas precisiones, como el origen de la red en la guerra fría, como protocolo de comunicación desarrollado básicamente desde el mundo de lo militar del cual se han ido abriendo algunos espacios al público.
El artículo es la versión escrita de una ponencia presentada por la autora en un congreso de la especialidad, destinado entonces a lectores del mundo académico. La visión de Sarraméa es una visión crítica y antropológica: “la gente ha sido reducida a datos, sistemas de vigilancia y control actuún a nivel planetario, las mentes son moldeadas mediante la realidad de la pantalla, y un poder autoritario actúa en "ausencia". La nueva geografía es virtual y el centro de resistencia política y cultural tiene que afirmarse en este espacio electrónico.” La red se convierte en un espacio de comunicación (con lenguajes digitales bajo el protocolo TCP/IP, a través de líneas telefónicas de alta velocidad) de comunidades heterogéneas y geográficamente distantes, y a la vez en un espacio de relaciones económicas, culturales y políticas sin contacto físico directo, generando nuevas posibilidades de movilización social.
Las antiguas tecnologías militares se convierten en aparatos de uso doméstico generalizado y una nueva estrategia de poder difuso en el espacio cibernético se transforma en un medio de dominación sostenida y global: el poder difuso va acompañado de la máquina de mirar, recordando al panóptico de Foucault. El poder no visible ni localizable limita la posibilidad de resistencia, las empresas y el capital se movilizan con facilidad de un lugar a otro, buscando el sitio más conveniente por su facilidad de explotación, violabilidad de normas laborales, bajo costo del capital de trabajo, o normas flexibles de contaminación, por poner algunos ejemplos.
Es el poder nomádico, en contraposición al poder sedentario del capitalismo clásico anterior a la guerra fría. Este poder nomádico y el capital transnacional podrían ser paralizados por un grupo relativamente pequeño y ubicuo de hackers que invadiesen con virus o gusanos espacios de la red autoritaria, pero justamente es el usuario de la red el grupo humano menos politizado. Las actuaciones de esos grupos han sido más de vándalos, curiosos, venganzas personales o estrategias de mercaderes de nuevos programas, no actuaciones políticas con orientación definida. Aún así, el espacio virtual de la red puede utilizarse para la democratización de ciertos saberes, e inclusive para la participación comunitaria, la participación de la gente en las discusiones, en la toma de decisiones y en la contraloría social, poniendo al alcance de muchos la posibilidad de flujo de información bidireccional.
Existen sin embargo algunas excepciones interesantes, como por ejemplo el del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y el Comandante Cero, que se dio a conocer y aglutinó promoviendo los movimientos sociales vinculados al zapatismo a través del correo electrónico y de la red, moviéndose en el propio terreno del capital para promover la rebelión. Lo cual por supuesto, no puede ser usado como argumento para pretender hacer afirmaciones sobre la neutralidad de la red, que en definitiva, es otra herramienta de globalización, de poder y de dominación incluso más allá de lo que podemos (o queremos) conocer claramente.
Las calles y los espacios públicos tienen cada vez menos público, que está ahora frente al televisor, o a la computadora la mayor parte del tiempo, o sino en los espacios públicos privatizados, los templos del consumo que constituyen los grandes centros comerciales. Son el equivalente de las fortalezas medievales, donde se ofrece seguridad a cambio de pérdida de la soberanía individual.
Años antes de la masificación de las llamadas redes sociales en la red y de los juegos virtuales cada vez más sofisticados, la autora nos remonta al período medieval y a la contrarreforma para hacer una paralelismo entre la extensión geográfica de la religión católica y el crucifijo y la extensión de la economía de mercado globalizada, la cultura de la hamburguesa o el poder de los repetidores de noticias (o de falacias convertidas por obra y gracia del poder mediático en realidad virtual).

Bibliografía
Sarraméa, Adriana: Antropología de lo Político: sociedad virtual y movilizaciones sociales. Disponible en red en http://www.naya.org.ar/congreso/ponencia1-25.htm, consultado el 22 10 09 a las 21 h.

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